Desde el año 1998 en Chile celebramos el día de la educación rural, como un reconocimiento a la gran labor de las comunidades educativas del campo chileno. La conmemoración es el 7 de abril en honor al natalicio de nuestra poetisa Gabriela Mistral, reconociendo su obra como maestra rural y para mantener sus enseñanzas en la memoria histórica del pueblo chileno.
El campo es un espacio que se caracteriza por la pertenencia que sienten las comunidades por la tierra y el cuidado que le brindan. Sin embargo, el signo de los tiempos ha provocado que la ciudad vaya incidiendo y socavando cada vez más la cultura rural, menospreciando el aporte que su condición entrega a la humanidad, y cambiando poco a poco la materialidad y el espíritu de las personas por las formas que se manejan en los espacios urbanos. La modernidad debe llegar tanto a las ciudades como al campo, no obstante, hacemos hincapié en que se debe respetar el derecho de las personas a la autodeterminación de sus formas de vida, y que toda cultura tiene derecho a subsistir y ser respetada por los chilenos. La solidaridad, el trabajo duro y el respeto a la biodiversidad son sólo algunos de los principios y valores positivos que entrega el mundo rural a los pueblos del mundo, expresiones que todas las personas debiéramos demostrar, en especial quienes dedicamos todos los días a construir una sociedad más justa y democrática.
Estamos en un momento político en que se pretende estandarizar la educación sin importar los contextos en que ella se imparte. Prueba de ello es la aplicación del SIMCE a los niños de regiones afectadas por el terremoto del 2010 sin importar las consecuencias psicológicas que generó en los estudiantes. Los conocimientos, habilidades y aptitudes que pretende formar en los alumnos la educación chilena no toma en cuenta las realidades y necesidades regionales, y a pesar de ser una enseñanza pensada desde lo homogéneo para todo el territorio nacional, ni siquiera responde a un proyecto de desarrollo país que apunte a la mejora de las condiciones de vida de toda la población. Los resultados en SIMCE y PSU no consideran el abandono del mundo rural, la distancia, el aislamiento ni la pobreza, haciendo vista gorda de la realidad del campo y sus características propias.
En esta nueva conmemoración del día de la educación rural, exigimos al gobierno un currículum participativo en donde la ciudadanía sea parte de la construcción de los programas de estudio, y ello también debe realizarse en el ámbito rural, en el cual vive también gran parte de la población indígena de nuestro país. No hay que olvidar que el paso de las sociedades humanas a la condición de civilización se debió en gran medida al descubrimiento de la agricultura, y precisamente dicha actividad caracteriza la vida rural. Una de sus características más importantes debiese ser la sana relación entre sociedad y medio ambiente. Por ello, necesitamos escuelas que aporten al tiempo y al espacio en el que se desarrollan, y sin duda la educación rural tiene valiosas condiciones para ello.
Juventudes Comunistas de Chile