Bajo esta óptica es que surge una de las grandes síntesis de ciertos sectores políticos autonomistas y de ultra izquierda, y que en estos tiempos se ha hecho notar en los medios de comunicación con campañas como “Yo no presto el voto”, causando sin duda una coherencia en las mentes que aún siguen y seguirán con las ganas de transformar nuestro país. La idea que plantean es lisa y llanamente no votar en las elecciones municipales, con el esencial argumento de que no podemos avalar, validar y participar en los procesos “democráticos” que se llevan dentro de la institucionalidad política que durante varios años no ha sabido dar cabida a las demandas sociales. Ante esta definición de no participar en las elecciones municipales se propone en cambio seguir con la movilización social y agudizar los conflictos de tal manera de que sea la presión la que termine por acabar de raíz con el sistema que nos impera hoy en día.
Siendo el candidato más joven en la disputa por un cupo en el concejo municipal, Iriarte representa algo más allá de un programa basado en la participación y apertura de espacios democráticos para la ciudadanía, Iriarte representa el concepto político de “La juventud al municipio”, lo cual demuestra ser una importante conclusión de la seguidilla de movilizaciones que hemos visto el año pasado y durante el año en curso: Las demandas sociales no encontrarán solución ni cabida si es que no estamos insertos en los espacios donde se toman las decisiones.
Al contrastar esta candidatura con la idea de no prestar el voto es que podemos hallar las grandes falencias que ésta demuestra. Es insensato creer que el voto no es una forma de protesta, es insensato creer que el voto no sirve para generar cambios, es insensato creer que estando los mismos de siempre en los espacios de poder se lograrán generar las transformaciones que nuestro país y nuestra ciudad necesitan. Los gobiernos de la concertación y el actual gobierno de Piñera no han hecho nada más que profundizar en las políticas que agudizan el sistema neoliberal, y hoy tenemos en nuestro voto el poder de empezar por casa, hoy tenemos el deber cívico de manifestarnos en la máxima y vaga expresión de democracia que tenemos (en Chile democracia significa votar por representantes cada cierto tiempo), hoy tenemos la facultad de desplazar a la derecha que ha sido históricamente la piedra de tope para el avance social.
Este es un llamado a todos los jóvenes que están indecisos y a los que tienen la convicción de no participar en las elecciones. Es necesario entender que la presión y movilidad social sí son el elemento clave para transformar el país y la ciudad, pero de nada sirve la movilización si es que no logra causar repercusiones e incidencia en la institucionalidad que debemos cambiar.
El municipio es un pequeño espacio en lo nacional, pero es mayúsculo en nuestra ciudad. Pablo Iriarte representa las necesidades de la juventud y la ciudadanía en su conjunto, representa el programa político de los que queremos un Chile y una Antofagasta justa, representa la apertura de espacios democráticos para la participación juvenil y ciudadana.
Tomás Caroca Aracena
Secretario Político
Base Humanista
Juventudes Comunistas
Universidad Católica del Norte